Historia Diablo | El Origen de la catedral de Tristán




La historia completa desde el principio del videojuego DIABLO lanzado en 1996 por Blizzard. En él se explica como los demonios mayores Diablo, Baal y Mefisto llegan al mundo humano (Santuario). El misterio de la catedral de Tristán y el Arzobispo Lazarus, el arcángel Tyrael, la historia del Rey Leoric y como Diablo se apodero del alma del príncipe Albrecht. Todo preparado para que nos sentemos a disfrutar de una de las mayores aventuras de terror jamás creada en 1996, que nos hizo pasar grandes momentos con la luz apagada y un miedo que te mantenía con los ojos abiertos.

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Historia Diablo | El Origen de la catedral de Tristán

El gran conflicto

Esta historia existe desde el principio de los tiempos, donde los guerreros de la luz y la oscuridad, desatan una guerra llamada: «El grán conflicto». En esta eterna batalla se decidirá cuál de las dos utopías, el orden o el caos, llegará al Armagedón y se hará con el control de toda la creación. Las fuerzas de la luz lideradas por ángeles y arcángeles se enfrentan a los ejércitos de la oscuridad, encabezados por los tres demonios primarios: Diablo, señor del terror; Baal, señor de la destrucción; y Mefisto, señor del odio.

La guerra del pecado

Las leyendas cuentan que tras incontables siglos de batalla, hizo su aparición el hombre, quien con su única cualidad de elegir entre el bien y el mal, podía poner fin a la guerra que desde ese momento fue rebautizada como «La guerra del pecado», pero a diferencia de los ángeles y los demonios que vivían en el plano espiritual, el hombre habitaba un plano físico. Las entidades del más allá se peleaban constantemente por obtener aliados humanos, llegando a veces a romper la tela que separaba el plano real del espiritual.

El exilio oscuro

Esto inquietó a dos demonios secundarios llamados Belial y Azmodan, los cuales no estaban de acuerdo con la idea de que el ser humano fuera de la clave para ganar la guerra. Los demonios desataron una gran rebelión en el infierno que terminó con el exilio de los tres demonios primarios al mismísimo mundo mortal, este hecho se conoce como: «El exilio oscuro». Los demonios exiliados inyectaron en los hombres sus esencias de odio, terror y destrucción, provocando muertes y guerras sin sentido que causaron gran dolor a la humanidad.

La orden de los Horadrim

Con el propósito de detener esa locura, un arcángel llamado Tyrael, reunió a los más poderosos magos del mundo mortal para formar la orden de los Horadrim. Esta coalición tendría la misión de encerrar los espíritus de los tres demonios en unos artefactos llamados «Las piedras del alma», que previamente fueron creadas en la cima del Monte Arreat, en la cámara de la piedra del mundo. No fue fácil, ya que los demonios descubrieron que si se apoderaban de un cuerpo mortal, aparte de hacerse más fuertes, eran inmunes a los poderes de las piedras. Los Horadrim se vieron obligados a asesinar a las personas poseídas por los demonios para encarar la verdadera esencia espiritual de los tres.

Poco a poco, los magos fueron ganando la batalla, logrando encerrar a Mefisto en la piedra de alma y guardándola en una torre de la ciudad de Kurast. El siguiente fue Baal, quien durante la pelea partió su piedra del alma, y como única salida, el líder de los Horadrim, el mago Tal Rasha, ofreció su cuerpo para encerrar al demonio incrustándose en su pecho los pedazos que quedaban de la piedra. Tal Rasha fue enterrado en una bóveda secreta bajo el desierto de Lut Gholein y se fueron en busca de Diablo. Después de un duro combate, lograron aprisionar a este último demonio, y construyeron un gran templo subterráneo en una remota ciudad del oeste llamada Tristán, Ahí esconderían la última piedra y jurarían protegerla por toda la eternidad, generación tras generación.

El Rey Leoric

Pasaron alrededor de dos siglos y la orden de los Horadrim se disolvió, debido a orgullos y desacuerdos entre los magos que la formaban. El Rey Leoric nombro Tristán como la capital de su reino y sobre las ruinas del templo de los Horadrim se edificó una gran catedral para la religión de Zakarum.

De alguna forma, Diablo corrompió su piedra del alma, y ésta dejó fluir parte de su conciencia. El demonio se apoderó de la mente del arzobispo Lazarus quien intentó entregarle a su maestro el alma más fuerte de Tristán la del rey Leoric, enloqueciendo esté en su esfuerzo por resistir el control de Diablo.

Fue tan grande la locura del rey que acabó declarando la guerra al reino vecino de Westmarch, condenando así a la mayoría de los guerreros de Tristán. Su demencia se volvió incontrolable cuando su hijo, el príncipe Albrecht desapareció misteriosamente. Leoric comenzó una frenética cacería en busca del culpable. Ordenó ejecuciones y castigos a varios de sus súbditos, causando mucho dolor a la gente de Tristán. Ante el incontrolable situación, los caballeros reales liderados por Lachdanan organizaron una revolución que terminó con la muerte del rey Leoric, quien con su último aliento, invocó una maldición que condenó a todos sus caballeros a servir a la oscuridad por toda la eternidad (Convirtiéndose en el Rey Esqueleto).

La cuidad de Tristán

Pero el príncipe Albrecht seguía desaparecido, y Tristán ya no contaba con sus caballos para buscarlo. Lazarus se aprovecho de la situación y organizó a la gente del pueblo para ir en busca del príncipe, quien según éste, se hallaba atrapado en el laberinto subterráneo. Los campesinos se aventuraron en el laberinto, pero éstos no pudieron hacer frente a las horribles criaturas que había ahora en su interior. Todo terminó con una masacre dejando Tristán con pocos habitantes, entre ellos: Adria la bruja, quien llega tras estos acontecimientos y cuya razón de su estancia es aún un misterio; Wirt, un muchacho cojo;  Pepin, el curandero; Griswold, el herrero; Deckard Cain, el último de los Horadrim; Ogden, el dueño de la taberna; Gillian y Farnham.

La gente de Tristán nunca se imaginó que todo había sido una trampa, y de que el arzobispo Lazarus era el raptor del príncipe Albrecht. Diablo convenció al arzobispo para conseguir a alguien a quien poseer, Lazarus rapto al príncipe Albrecht y se lo entregó. La piedra de alma fue incrustada en la frente del Príncipe y su cuerpo se transformó monstruosamente poseído por Diablo.

Los Héroes de Tristán

Desesperado, el pueblo de Tristán lanzó una llamada de auxilio al mundo, y a esta llamada respondieron: Las arpías de la hermandad del ojo ciego, los hechiceros de la orden de los Vizjerei, y por supuesto, los guerreros de Khanduras que quedaban de la guerra de Westmarch.

La Catedral de Tristán

Continua con «La historia de las misiones de Diablo I»